martes, 17 de marzo de 2015

ARMA BLANCA VS ARMA DE FUEGO: ¿CUÁL ES MÁS PELIGROSA?

ARMA BLANCA VS ARMA DE FUEGO: ¿Cuál es más peligrosa? 1ª PARTE:

A lo largo de las diferentes conversaciones durante las horas de patrulla, me ha llamado mucho la atención que todos los compañeros se muestran preocupados por el tema de los enfrentamientos con delincuentes armados con armas de fuego, pero a penas ninguno, se preocupa de los delincuentes armados con armas blancas….y es curioso, ya que las armas blancas son, en la realidad, más peligrosas que las armas de fuego.

Si, he dicho bien, MÁS peligrosas. Antes de dejar este artículo os pido que lo leáis hasta el final, y si al hacerlo no habéis cambiado de opinión al respecto, por favor hacérmelo saber…quizás sea yo quién esté equivocado.

(Post: No quería extenderme mucho, pero tampoco quiero tratar por encima éste tema que parece fundamental para nuestro trabajo así que lo iré publicando en partes en lugar de en una sóla vez. Así que aquí tenéis la 1ª parte).

¿Por qué digo que las armas blancas son más peligrosas para el agente de las FCS? Voy a explicarlo por pasos:

1º ESTADÍSTICA:

            Puesto que en este País, aún no se publica un informe anual de agresiones a miembros de las FCS (ya les vale…) tengo que remitirme a los informes de acceso público de otros países como el LEOKA del año 2009 realizado por el FBI.

            En dicho estudio (que comentaré junto con varios mas en sucesivos artículos) se publican los siguientes datos:

- Estudio realizado entre 556.155 funcionarios hubo 57.268 asaltos (para nosotros “atentados contra agente de la autoridad”) de los cuales sufrieron lesiones el 26,2%.

- Entre los lesionados, el 27,65% lo fue por heridas “a puñetazos”; el 13,3% por armas blancas, y el 8,8% por armas de fuego. (¡ojo! Incluso en EEUU hay más lesiones por armas blancas que por armas de fuego).

- Conclusión: Los delincuentes fallaron mas manejando armas de fuego que armas blancas.


2º FRECUENCIA:

        Si bien, está aumentando el número de agresiones armadas con armas de fuego en este país, también es cierto que cualquier compañero que trabaje en la calle, estará harto de requisar armas blancas durante los cacheos e intervenciones del día a día. ¿Me equivoco?. Ya sea entre la ropa, en la guantera, maletero, mochilas, etc. Todos estamos familiarizados con ello.       

Evidentemente esto tiene un motivo lógico o más bien varias:

1º Accesibilidad: Cualquiera puede acceder a un arma blanca. No tiene más que ir a una ferretería, centro comercial, etc. Y saldrá con un verdadero arsenal por pocos euros.

2º Portabilidad: Esconder un arma blanca es muy fácil. Supongo que más de un compañero se ha quedado con la cara a cuadros después de que, tras un primer cacheo donde no se le encontró nada a un individuo, otro compañero en un cacheo posterior le encuentra una…o varias armas blancas escondidas entre la ropa. Ahora mismo recuerdo el caso de una persona a la que se le encontró entre el chándal; 1 cuchillo jamonero, 1 de cocina grande, 2 de cocina medianos, 1 pequeño y 1 pincho artesanal. Aún hoy me pregunto como se sentaba este hombre sin provocarse una desgracia….
Además, una vez en la mano, es relativamente fácil ocultar a la vista un arma blanca incluso siendo empuñada, mientras que resulta muy difícil hacer lo mismo con un arma de fuego, por pequeña que sea.

3º Pena legal: Portar un arma blanca de manera ilegal constituye una infracción a la ley Orgánica 1/92, mientras que portar un arma de fuego de manera ilegal constituye un Delito registrado en el Código Penal.

4º Amplitud: Cuando hablo de armas blancas, no sólo me refiero a cuchillos y navajas. También incluyo otras herramientas que, por sus características y accesibilidad pueden producir heridas letales y estar a disposición inmediata de cualquier persona como pueden ser: Tijeras, botellas rotas, destornilladores, etc.


3º NATURALIDAD

            A lo largo de la vida de una persona, es lo normal que no tenga nunca entre las manos un arma de fuego (salvo miembros del ejército, FCS, Vigilantes, etc), sin embargo, TODO el mundo, y desde muy temprana edad, tiene constantemente entre las manos un cuchillo. Ya sea para cocinar, para pelar cables, ir de acampada, etc. Por lo que su uso se nos hace natural desde muy jóvenes.

4º INSTINTO

            El acto, o el movimiento de apuñalar es instintivo en el ser humano. Lo llevamos impreso en los genes desde la era de las cavernas (como el lanzar una piedra o protegernos ante un ataque). Cualquier persona, y digo cualquiera, que no tenga problemas físicos, es capaz de utilizar letalmente un cuchillo sin demasiado esfuerzo. ¿Podemos decir lo mismo de un arma de fuego?... (¿Sobre todo aquellos que las usamos y vemos los resultados de un deficiente adiestramiento en las sesiones de tiro?). Por supuesto que no.

            Además, la distancia a la que se usa un arma blanca, es la de contacto físico, por lo que el tiempo de reacción es mínimo, y la letalidad máxima.

            Una persona que nunca haya usado una pistola, resultará más efectiva con un cuchillo.

5º INSTRUCCIÓN:

            La poca instrucción que reciben la mayoría de FCS está destinada principalmente al manejo del arma de fuego y a ciertas técnicas de cacheo, engrilletamiento, etc. Apenas hay unidades donde se practique la defensa ante agresiones con armas blancas…y aún menos, donde se practique de manera eficaz y realista.

            Este tema lo trataré mejor en la segunda parte de este artículo así que no voy a escribir nada más al respecto de momento.

Como demostración de lo que llevo escrito hasta el momento os pongo varios ejemplos reales extraídos del artículo escrito por el compañero ERNESTO PEREZ VERA y publicando en tirodefensivocampodegibraltar.es. Como con todos los artículos que el Sr. Pérez escribe, os animo a que lo leáis directamente en su blog.
Os dejo el enlace a su artículo:


“El 14 de septiembre de 2011, en Madrid, dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) estaban tratando de identificar a un nigeriano cuando este los atacó con un machete. Uno de los funcionarios resultó herido grave por cortes en la cabeza, un hombro y una escápula. Su compañera, una chica en prácticas, no fue lesiona pero sí desarmada: le fue arrebata su pistola. Posteriormente, otra pareja de policías se personó en el lugar para socorrer a sus compañeros y detener al agresor: también fueron heridos y desarmados (a uno de los policías le fue sustraída la pistola). Ambos fueron heridos en la cabeza por el machete que portaba el africano, y uno, además, en el hemitórax derecho. Para colmo el individuo los tiroteó con una de las armas. Por suerte llevaban chaleco de protección balística y los impactos fueron detenidos. Una tercera dotación consiguió apresar al individuo sin herirlo. Por cierto, los jefes políticos y policiales se vanagloriaron de la actuación porque el arrestado no fue herido a balazos.

No trascendió tanto, pero el 4 de agosto de 2010, en Burgos, un funcionario del CNP fue gravemente herido con un cuchillo. Las lesiones se produjeron en una muñeca y afectaron de modo muy grave a los tendones y a los nervios. La agresión se produjo en el interior de una vivienda en la que el policía se encontraba junto a otro agente. Habían acudido allí a requerimiento de la madre de quien finalizó cortando la extremidad al agente. El individuo, un español de cincuenta años de edad, atacó al policía con dos cuchillos (uno en cada mano) y nada pudo hacer para defenderse. Cuando realmente pudo reaccionar ya estaba herido, era tarde. Aunque disparó su arma una vez el proyectil no alcanzó a su objetivo. Al revés, rebotó y cerca estuvo de herir al otro actuante o a la requirente.

El 13 de febrero de 2009, también en Madrid, un ciudadano de Ghana hirió a un agente de la Policía Municipal y a otro del CNP. Los atacó con un cuchillo y les produjo lesiones en una mano al primero y en un hombro al segundo. Para colmo, mientras los dos funcionarios intentaban reducir al subsahariano, el agente estatal disparó su arma contra el asaltante impactando una bala en un pie del local. El sujeto solo fue arrestado cuando otro policía le disparó en una rodilla, pero aún así consiguió huir corriendo del lugar por espacio de bastantes metros.

En 1992, el agente de seguridad e instructor de defensa personal-policial Darren Laur, realizó un concienzudo trabajo sobre las reacciones de los policías atacados con armas blancas. Laur es funcionario de seguridad en Victoria, BC (Canadá). El trabajo consistió en analizar a ochenticinco agentes durante la requisa o cacheo de un calabozo. Todo lo que ocurría en la celda era filmado para su posterior visionado, estudio y análisis. Al preso —en realidad una persona que actuaba como tal— se le pidió que fingiera estar herido o enfermo, de modo que cuando el policía se aproximara para auxiliarlo fuese agredido con un cuchillo simulado. El arma tenía el filo de la hoja manchado con tiza, así que cuando fuese usado para cortar o clavar sobre el funcionario dejaría surcos o trazas en la ropa del agente: trayectorias de las imaginarias puñaladas. El agresor, para confundir y conseguir un mayor desorden emocional en el que se iba a convertir en su víctima, además de apuñalarla la insultaba y amenazaba con gritos. Ni que decir tiene que los policías no habían sido advertidos de que iban a ser asaltados.

El resultado del análisis de las grabaciones fue el que seguidamente se expone:

- 72 agentes, de un total de 85, no supieron que estaban siendo atacados con un arma blanca. Una vez acabado el trabajo, fueron invitados a localizar en sus prendas de vestir las trazas dejadas por la tiza que se había untando a la cuchilla del machete simulado.
- Mientras el asalto se estaba produciendo, solamente 10 agentes fueron conscientes de que estaban siendo apuñalados.
- Únicamente 3 funcionarios detectaron la presencia del arma en las manos del homicida antes de entrar en contacto con él.
- Se alcanzaron varias conclusiones: la mayoría de los policías fueron sorprendidos por el ataque y agacharon la cabeza a la par que la protegían por la zona del cuello. Para ello usaron ambas manos y brazos. Esta mayoría se abandonó ante su agresor, motivo por el que recibieron muchísimas cuchillas. No fueron capaces de actuar de modo reactivo o defensivo.

Los agentes que sí predijeron el ataque cuando éste se iniciaba, solamente tres, consiguieron bloquear la mano portadora del arma y comenzaron a golpear al hostil con sus rodillas y codos. En estos casos, lo más instintivo es huir hacia atrás para ganar distancia. El cerebro ordena poner distancia de por medio. Es algo que todo el mundo hace y que no se puede evitar. Pero no solamente nos echamos hacia atrás con el fin de ponérselo más difícil al otro. Al obtenerse esa distancia se capta más información sobre lo que está ocurriendo. Se amplía el campo de visión, para así poder tomar cerebralmente una medida reactiva más efectiva contra la acción atacante. Como en cualquier otra situación de máximo estrés, algunos de los policías que consiguieron inmovilizar la mano letal no recordaron después haber visto el cuchillo.”

Una vez más tengo que referir a Cecilio Andrade. En un trabajo publicado con su firma trata el asunto del arma blanca desde el punto de vista de un arma defensiva, para casos extremos. Yo, ahora, veo el tema desde otra perspectiva, desde el punto de vista de la victima. Por cierto, en el artículo de Andrade es muy interesante este dato: el 60% de las personas atacadas con armas de fuego sobreviven, pero el 60% de las agredidas con armas blancas fallecen. Tomemos nota. Esos datos coinciden con los de más de un informe técnico.
                                        
La inmensa mayoría de las plantillas policiales entrenan —si acaso lo hacen— supuestos policiales poco reales. Pocos cuerpos o unidades forman a sus funcionarios en el empleo del arma a distancias extremadamente cortas, cual pudiera ser la del contacto físico, imprescindible, cuando se recibe un ataque con machete. Siempre que puedo lo digo, hoy también: hay que modificar los programas de formación de los policías y de muchos cursos para instructores. Mientras no se reciclen planes y mentalidades, no se modernizará y adecuará el adiestramiento a la realidad que se vive día a día en las calles.”

Estoy absolutamente de acuerdo con Ernesto en éste último párrafo, y quiero comentar tres cosas al respecto:

-    1º En mi experiencia, la mayoría de incidentes ocurren casi siempre a estas distancias (para entendernos, la distancia de “¿Me permite su documentación caballero?). Cabe decir que NUNCA he recibido instrucción al respecto. La poca (y recalco, poca) instrucción recibida en la academia partía de premisas irreales, en las cuales se mantiene una distancia de seguridad que en la práctica real es a todas luces inviable (¿Quién identifica a una persona a 5 metros de distancia?....¿y, a gritos?).

-2º Desde el primer día que pisamos la academia nos bombardean con la idea de la debida “proporcionalidad de los medios”. Por supuesto que debe haber una proporcionalidad en nuestras actuaciones, lo que debe cambiar de una vez, es la estúpida idea de que un cuchillo no es un arma letal (y para ello me valgo de pruebas como las expuestas antes. Repito, NO manifiesto una opinión personal, expongo PRUEBAS. Sí alguien cree que estoy equivocado y que un agresor armado con un cuchillo no representa un riesgo letal, le reto a que me lo demuestre empíricamente. Es un ERROR inculcar en los futuros miembros de las diferentes FCS de nuestro país la idea de que no deben usar su arma ante una agresión con arma blanca. Eso no sólo conlleva un enorme riesgo para su integridad física, sino también para aquellos a quienes tienen que defender (el ciudadano) ya que, cuando ellos caigan ante ese agresor ¿Quién impedirá que caiga el civil inocente?

-3º Además de cambiar nuestra visión sobre este tema, y la de nuestros instructores, urge concienciar a la opinión pública sobre éste mismo tema. Es insostenible, que en este país un policía tenga más miedo a empuñar su arma, que a verse encañonado con una. Y todo por el desconocimiento de la justicia en cuanto a la peligrosidad del arma blanca y al escarnio gratuito de algunos medios de comunicación sensacionalistas que minimizan el ataque con un arma blanca como si de un peluche se tratara. El poder judicial debe conocer la realidad a la que se enfrenta el agente en la calle. Exigir que nuestros agentes se comporten como los héroes de las películas de acción es irreal e infantil, y produce un flaco favor a la acción de la justicia (por no decir un enorme daño al agente que no se siente respaldado en su actuación).

A continuación os dejo un par de videos que ilustran parte de lo expuesto:



Teoría de tueller o teoría de los 7 metros.




Cuchillo contra pistola ¿Cuál es más rápido?




Agresión a 4 policias en Nicaragua (¡¡Ojo, son escenas muy fuertes que terminan con la vida de varios compañeros!!)



LESIONES CON ARMA BLANCA

José. A. Blanco R.

2 comentarios:

  1. Estamos de acuerdo, parece que a los politicos que deben de ver esto solo les preocupa su imagen y no la vida de los primeros respondientes, asi que impulsan una cultura equivocada en la seguridad publica

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  2. Totalmente de acuerdo con los expertos-analistas alrededor de la proporcionalidad en el uso de los medios ante un ataque delincuencial letal con armas de fuego y cortopunzantes,en este sentido los jueces de cualquier País del mundo deben siempre dictar sentencias a favor de los agredido quienes actuaron en legitima defensa. El 29/09/2018 a eso de las 14:00 hrs (Managua-Nicaragua)un sujeto asaltó a mi hijo con una pistola Makarov 9mm (corto) lo despojo de su celular en la acera de nuestra casa de habitación, salí expeditamente de la sala de mí casa en su defensa, sobre la marcha monté una Taurus calibre 40mm, le dije al delincuente que regresara el teléfono éste levantó su arma y me apuntó a la cara fue en el preciso momento que le disparé impactándole en la cabeza. A mi modo de ver fue un disparo instintivo utilizando la posición Weever, mi vida y la de mí hijo estaban en alto riesgo. Trabajo como Instructor de arma de fuego, Ex-Captan de la PN-Nicaragua

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